Ayer asistí a una de las mejores fiestas desde que vivo en Berlin.
El Bread & Butter, versión número X, tuvo su inaguración el pasado martes, ha demostrado sin lugar a dudas porque es de los mayores eventos en la Berlin Fashion Week, que se realiza 2 veces al año.
El B&B es una feria comercial de muestras innovadoras (marcas selectas) para la cultura de la moda comtemporánea, se está llevando acabo en el antiguo aeropuerto de la capital alemana, Tempelhof, cerca a la estación del U-Bahn 6 Platz der Luftbrücke que significa “Plaza del Puente Aereo”.
El sitio no podía ser mejor, desde el año 2009 se realiza el evento en este aeropuerto, cerrado desde el 2008, que según el Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2009, el arquitecto Norman Foster, es “la madre de todos los aeropuertos”. Antes de la construcción del Pentágono, Tempelhof era el mayor edificio del mundo.
En esta ocasión, el escenario estaba diseñado como un planeta extraño, cráteres por todo lado, colores desorbitantes, robots que hacían streptease, toda una escenografía que logró hacerme transportar a un lugar completamente diferente.
Desde el 2001, en Colonia, esta feria es una plataforma de marketing y comunicación del sector progresivo de la moda. A partir del 2003 Berlin se convirtió en sede principal, pero en 2005 el evento se realizó en Barcelona y desde Julio de 2007 hasta enero de 2009 fue exclusivo de esta bella ciudad de España.
Para la apertura estuvo presente Mos Def (Dante Terrell Smith) rapero y actor estadounidense. Seguido por la banda australiana Airbourne y para cerrar DeichKind, tipo Hip-Hop-Electro creada en Hamburgo, en 1997, sencillamente un espectáculo en el escenario, con inflables que se deslizaban entre las manos del público, colores y muchas plumas.
El segundo día se presentaron Tijuana Rock Steady Rebels (México), Retro Stefson (Islandia) y DJ Forty (USA)
Hoy es el último día, donde podremos escuchar a Quadron (Dinamarca) a las 7pm. DJ Phono (Alemania) a las 8:30 y cerrando a las 9:30 Dj Paulo Boghosian (Brasil).
Realmente lo único malo de este evento, es que a fiesta es demasiado corta, a las 11 de la noche ya se acaban los toques y uno queda con ganas de más.
Oye pero esos alemanes si son rumberos, cada rato un festival y música por doquier. Y tanto colorido, es todo un contraste con la impresión gris que uno tiene de la estricta disciplina alemana, buena combinación pues en estos paises si estamos más en la rumba que en cualquier otra actividad, ojalá algún dia aprendamos a ser también disciplinados. Cuánto avance tendríamos!!!!